Robótica Cognitiva y Emociones
Jorge Luis Hernández Ochoa
En la actualidad un tema que ha atrapado la atención de diversos especialistas en Inteligencia Artificial y Robótica Cognitiva es la posibilidad de dotar a un robot con sistemas emocionales artificiales. Sin embargo, es importante esclarecer las principales diferencias entre estos sistemas ya que han estado dirigidos, principalmente, a tres tareas: reconocer, expresar y tener. En primer lugar, en el reconocimiento y expresión de emociones podemos encontrar una amplia gama de aplicaciones, por ejemplo, en el campo de la educación y/o el ámbito hospitalario. Esta línea de investigación recibe el nombre de Interacción Humano-Robot y, como su nombre lo indica, el objetivo es conseguir una interfaz más grata y cómoda para el usuario. En segundo lugar, cuando los especialistas postulan la posibilidad de que un robot tenga emociones, lo que están defendiendo es que el sistema artificial que implementaron tiene las características constitutivas de un sistema emocional biológico, ¿cuáles son estas? Algunos científicos especializados en Neurobiología han defendido que las emociones tienen una base biológica que consta de distintos niveles, e.g. la regulación metabólica o las motivaciones. Entonces, si un robot está dotado con un sistema emocional artificial que incluye los diferentes niveles de la base biológica, es posible concluir —desde una perspectiva funcionalista— que el robot tiene emociones.
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Mi objetivo en este trabajo fue esclarecer la importancia de dotar a sistemas artificiales con mecanismos emocionales en aras de conseguir agentes autónomos capaces de interactuar en el mundo de una manera coherente. Para conseguir este propósito la investigación estuvo divida en cuatro capítulos que describiré a continuación.
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En el primer capítulo expuse la relevancia de la Robótica Cognitiva para el estudio de la cognición. Uno de los puntos cruciales de esta sección fue, precisamente, evidenciar la problemática que surge al estudiar el vínculo entre las emociones y la cognición con el enfoque de la Robótica Cognitiva.
En el segundo capítulo Emociones y Cognición dilucidé la relación entre las emociones y la cognición en organismo biológicos. Retomé los principales supuestos de Antonio Damasio y puse énfasis en su modelo de regulación homeostática automatizada desde lo simple a lo complejo. Asimismo, explique cómo se relacionan estos niveles con las principales áreas cerebrales implicadas en el procesamiento emocional. La importancia de este apartado fue mostrar, justamente, de dónde surgen los supuestos de los robóticos cognitivos al momento de proponer e implementar sus modelos.
En el tercer capítulo Robótica Cognitiva y emociones mostré un esquema que clarifica los supuestos epistémicos que guiaron las primeras investigaciones en Inteligencia Artificial. Esta tarea fue desarrollada con el objetivo de explicar cómo es que surgió la Robótica Cognitiva y aclarar por qué los especialistas de esta área consideran esencial modelar e implementar sistemas emocionales artificiales en sus agentes.
En el cuarto capítulo Emociones Artificiales argumenté por qué los robos necesitan sistemas emocionales artificiales y examiné cuatro ejemplos que me ayudaron a defender el carácter constitutivo de estos sistemas para el estudio de la cognición. Además, con el objetivo de ilustrar los diferentes compontes emotivos qué han sido modelados por los robóticos cognitivos, propuse una clasificación inspirada en el modelo defendido por Antonio Damasio que referí en el capítulo dos. La importancia de esta clasificación fue el aporte de una herramienta de carácter cualitativo para ilustrar al cognitólogo —e interesados en el estudio de la cognición— los diferentes componentes emotivos que han sido analizados e implementados por los robóticos cognitivos.
Finalmente, en las Conclusiones señalé que una de las principales consecuencias teóricas que se siguen del modelado e implementación de sistemas emocionales en agentes artificiales, es respecto a la comprensión y el uso del concepto corporizado tanto en Ciencias Cognitivas como en Robótica Cognitiva. Como expliqué en el capítulo tres, en Robótica Cognitiva se estudia al cuerpo —con el enfoque de la cognición corporizada— a partir del estudio de los esquemas sensoriomotrices y su interacción con el ambiente. Sin embargo, algunos autores consideran esencial —además de la interacción— un cuerpo orgánico para poder dilucidar los procesos cognitivos con el enfoque de la Cognición Corporizada. Esta discusión apunta a la ausencia de los mecanismos de autorregulación y/o a la falta de los diferentes componentes emotivos en el área de la Robótica Cognitiva. No obstante, como indiqué los robóticos cognitivos están modelando e implementando estos mecanismos y/o componentes para optimizar la conducta de sus agentes artificiales. ¿Será que el modelado e implementación de éstos posibilite un replanteamiento de lo que significa corporizado? Aún es muy pronto para responder satisfactoriamente a esta interrogante. Sin embargo, puedo afirmar que las nuevas tendencias en Robótica Cognitiva, definitivamente, complementarán y ayudarán a la construcción de agentes artificiales que serán cada vez más corporizados.
Referencias
Hernández, J.L. (2017) Robótica Cognitiva y Emociones. Posgrado en Ciencias Cognitivas, Universidad Autónoma del Estado de Morelos.