La Inteligencia Artificial Generativa (IAg) representa un cambio de paradigma en la manera en que concebimos el trabajo, la innovación y la vida cotidiana. Más allá de ser una herramienta tecnológica, la IAg se está consolidando como un socio estratégico capaz de automatizar tareas repetitivas y pesadas —la “talacha”— para permitirnos dedicar más tiempo a actividades que requieren creatividad, pensamiento crítico y colaboración humana.

En la industria, sus aplicaciones son múltiples: desde la generación automatizada de código y documentación, hasta el diseño de prototipos personalizados, la optimización de procesos productivos y la creación de soluciones innovadoras en áreas como salud, educación, energía y manufactura. Estas capacidades no solo incrementan la productividad, sino que también abren la puerta a modelos de negocio más sostenibles y centrados en el bienestar humano.

Como docentes, investigadores y profesionales, enfrentamos el reto de preparar a las nuevas generaciones para aprovechar estas tecnologías. Esto implica fomentar digital skills —programación, validación de resultados, interacción con sistemas inteligentes—, pero también un digital mindset, es decir, la disposición a pensar de manera flexible, ética y creativa en un entorno digital en constante transformación.
La invitación de esta plática es clara: subirse al tren de la IA Generativa. Hacerlo nos permitirá no solo responder a las demandas actuales de la industria, sino también recuperar un bien invaluable: el tiempo. Tiempo para experimentar más la vida, para compartir con nuestros seres queridos y para construir una sociedad donde la tecnología esté al servicio de la humanidad.