Tradicionalmente se ha asumido que un sólo perfil de envejecimiento -buena salud seguida de un rápido declive y luego la muerte- es la trayectoria esperada para todas las personas mayores. Sin embargo, la evidencia ha mostrado que el envejecimiento es más bien un proceso heterogéneo. Dentro del grupo de adultos mayores en México, se encuentran individuos saludables, sin la presencia de enfermedades crónicas o multimorbilidad, con pocas limitaciones funcionales, e incluso sin fragilidad. Este resultado permite resaltar el hecho de que un mal estado de salud no tiene porque ser una característica per se de las personas mayores ni que el envejecimiento es un sinónimo de dependencia y enfermedad. Más bien, la salud es un reflejo de lo vivido a lo largo de la vida, del entorno y del comportamiento de las personas. Con todo, es necesario proporcionar a los formuladores de políticas en salud evidencia sobre las trayectorias potenciales del envejecimiento y sus efectos sobre resultados esenciales para los adultos mayores, como la discapacidad y la calidad de vida. El objetivo final sería contribuir a estrategias más eficaces que permitan a las personas lograr un envejecimiento saludable.