Se calcula que más del 20% de la población mundial padecerá algún trastorno afectivo, por lo que requerirá tratamiento médico en algún momento de su vida. Los principales síntomas en el trastorno bipolar son los recurrentes episodios de manía y depresión, y es hacia ellos en donde se enfoca el tratamiento farmacológico. El trastorno presenta una alta heredabilidad, el cual se estima que es del 0.85 (McGuffin et al., 2003). Se sabe que un adecuado tratamiento farmacológico conlleva a una remisión y un buen funcionamiento psicosocial en la mayoría de los pacientes. El trastorno depresivo mayor se caracteriza por una pérdida de interés en las actividades, dificultando de manera significativa la vida cotidiana. El tratamiento de los trastornos del afecto se enfoca al uso de antidepresivos para el trastorno depresivo mayor y estabilizadores del ánimo para el trastorno bipolar. La respuesta eficaz al primer tratamiento farmacológico se estima alrededor del 30% en el caso de los antidepresivos y en el trastorno bipolar, el 87% no presentan una respuesta completa a los estabilizadores del ánimo, por lo que identificar biomarcadores que nos ayuden a predecir el tipo de respuesta y tolerabilidad pueden ayudar a encontrar de manera más rápida el medicamento adecuado para cada paciente, sin desarrollar algún evento adverso.

El objetivo fue analizar la asociación entre genes de proteínas y receptores que participan en la respuesta y tolerabilidad a los antidepresivos y estabilizadores del ánimo. Se realizó un estudio genético de variantes de genes que participan en los mecanismos de acción de tres de los medicamentos más utilizados en una muestra de 500 pacientes con trastornos afectivos. El análisis identificó un perfil genético de respuesta diferencial en pacientes con trastorno depresivo mayor y trastorno bipolar.